*Este texto fue parte de una actividad para el módulo Conocimiento y Sociedad*
El ciclo de 4 conciertos de Bellas Artes, organizados por la Secretaría de Hacienda, inició el pasado 18 de enero con la presentación de piano de Héctor Rojas, el cual es graduado de la Academia de Música de Viena, ganador del concurso Manuel M. Ponce y catedrático de piano en el Conservatorio Nacional de Música; además, grabó la obra completa para piano de Ponce en siete discos.
El concierto estuvo conformado por 4 números.
El primer número fue la Partita número 1 en si bemol mayor de Johann Sebastian Bach. Rojas explicó que una partita es una composición que consta de varias danzas que los compositores juntan, la conforman la Alamanda, la Sarabande y la Gigue, entre estas se intercalan varios movimientos. También comentó que este año se conmemoran 270 años de fallecimiento del compositor.
El segundo número fue la Sonata Patética (Sonata en do menor, Op. 13, Patetica) de Beethoven. Esta sonata es parte de la primera época del compositor, así mismo, la pieza fue un parte aguas en la carrera de Beethoven pues es donde de reafirma su estilo dramático. Rojas recalcó que en 2020 se cumplen los 250 años de nacimiento de Ludwig van Beethoven.
Al terminar este número se procedió a un intermedio de 10 minutos.
Al regreso de dicho intermedio se dió inicio al tercer número.
El tercer número fue Cinco hojas de álbum de Manuel M. Ponce, único compositor mexicano del repertorio, la cual es una obra de la juventud del compositor y en donde se adentra a las corrientes contemporáneas. Rojas destacó que Ponce es el compositor al que le ha dedicado gran parte de su carrera.
El cuarto y último número fue el Carnavl, Op. 9 de Schumann, del cual se conmemoran 210 años de su nacimiento. El intérprete contó que dicha composición fue hecha por Schumann a la edad de 24 años y en ella hace alusión a su entonces novia, también a Chopin y a Paganini y que incluye figuras del carnaval como Arlequin y PIerrot. En esta pieza el pianista tuvo un pequeño tropiezo del cual se recuperó pronto.
Al finalizar esta obra, el pianista abandonó el recinto para regresar poco después y tocar una pieza más. La elegida fue una pieza de Ponce para mano izquierda. Al terminar esta quinta melodía, Héctor Rojas agradeció y procedió a salir del recinto, tras él salimos los asistentes del concierto.
Cabe destacar que, a excepción de las piezas de Ponce, Héctor Rojas tocó las melodías sin partitura y con una ejecución limpia y atrayente. Durante todo el concierto no se oyó nada más que el sonido del piano.
Un punto triste es que, a pesar de tener una audiencia considerable, el recinto no se llenó lo que nos dice que aún hace falta mucho trabajo en el ámbito de la cultura, no sólo de difusión sino también de concientización para hacerle ver a la gente que las muestras culturales no son aburridas.
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