miércoles, 2 de octubre de 2019

VINCENT: GIRASOLES CONTRA EL MUNDO





Vincent van Gogh es, hoy en día, uno de los pintores post-impresionistas más reconocidos mundialmente… pero no siempre fue así.


Detrás de esas pinturas de colores llamativos se esconde una triste existencia y viacrucis. Y es esta parte lo que nos cuenta la obra “Vincent: girasoles contra el mundo” de Mario Iván Martínez con ayuda de un pequeño elenco, música sublime y proyecciones en escena.


El texto está construido desde tres perspectivas: Vincent, su hermano Theo y su cuñada Johanna Bonger, y desde el primer instante se nos sumerge en la historia teniendo a las cartas de estos tres personajes como narradoras principales de la misma.


La obra inicia con un Vincent de 28 años, en 1881, donde vemos el rechazo que recibe por parte de su prima “Kee”, tras el cual es echado de la casa de sus tíos y se dirige a La Haya para seguir en su camino para convertirse en pintor.


Durante los 118 minutos de la puesta en escena somos partícipes de la triste vida amorosa del pintor, su estrecha relación con su hermano Theo, su evolución como pintor, las complicaciones sobre su corta y prolífica carrera, las dos versiones del corte en su oreja izquierda, las fuertes críticas a su trabajo recibidas en vida (e incluso en muerte), su internamiento en  Saint-Paul-de-Mausole, la venta de su primer cuadro, su muerte y su posterior, y póstuma, fama adquirida gracias al trabajo de Johanna Bonger. Somos, en fin, partícipes de todas las altas y las bajas que sufrió el neerlandés en vida para alcanzar el reconocimiento que se tiene hoy en día.


Las excelentes actuaciones de Mario Iván Martínez y Paula Comadurán son punto clave para cautivar al público desde el primer minuto hasta la escena final, en los que se distingue sin complicación alguna los distintos personajes que interpretan, tarea complementada con el vestuario que imprime parte de la personalidad de cada personaje y nos transporta a la época en la que se desarrolla la historia.


Sin embargo, no se puede hablar de Van Gogh sin tomar en consideración sus pinturas, por lo menos las más significativas y reconocidas, mismas que son proyectadas durante momento específicos de la obra y que permiten al espectador crearse otro punto de vista al respecto pues ya conoce también el contexto en que el trabajo fue creado.
Para añadir más emotividad a la escena se apoyan en música consciente y adecuadamente seleccionada, ya que la  misma adereza con exactitud lo visto en escena.


Sin duda alguna, un excelente trabajo de dirección por parte de Luly Rede que lleva a una verdadera obra de arte el texto de Mario Iván Martínez.


“Vincent: girasoles contra el mundo” es una puesta en escena de cajón para todo aquel fanático del pintor neerlandés e incluso para todo aquel que apenas se inicia en el trabajo del mismo.


La obra está en el Centro Cultural Helénico los lunes a las 8:30 pm, y si bien tenía
previstauna temporada que finalizaba el pasado 23 de septiembre lo cierto es que
gracias a la buena recepción del público se extendió hasta el próximo 4 de
noviembre. Es, sin lugar a dudas, una obra que no se puede perder.